La celebración por conseguir el éxito del pase para la próxima temporada a la Primera División RFEF y pelear en la siguiente ronda de la competición por el ascenso a la Segunda División se le quedó un poco huérfana al Club de Fútbol Talavera de la Reina sobre el césped del Municipal Villanovense.
Faltaba esa parte tan importante y tan vital como es la afición, esa a la que el COVID-19 le ha impedido durante muchos momentos de la temporada vivir las andanzas de su equipo. Cierto es que en Villanueva de la Serena hubo una pequeña representación en las gradas que se la jugó a ir pese a las restricciones, pero evidentemente faltaban muchos para compartir ese momento.
Es por ello que el club talaverano quiso también rendir su homenaje a su afición o mejor dicho, hacerse un homenaje mutuo porque la afición quería honrar a sus héroes de blanco y azul, y qué mejor manera que utilizar las instalaciones del Municipal ‘El Prado’ para este día de alegría en el balompié talaverano.
Algo después de las 17:30 horas el autocar que transportaba a la expedición blanquiazul hacia parada definitiva en la Calle Felipe Sanz ‘El Tío Caracas’ y allí se encontraba con varios cientos de aficionados deseosos de ver a los jugadores. Quizá eso de la distancia de seguridad no era la apropiada, también a alguno se le olvidó la mascarilla por el camino, pero la emoción del momento hizo saltarse el protocolo. Esperamos no tener que arrepentirnos.
Dentro del campo ya, ahí teniendo algo más en cuenta las distancias, el speaker Vicente Colilla fue uno por uno presentando a los jugadores del plantel blanquiazul incluso el cuerpo técnico, que suele pasar más desapercibido, también tuvo su parte de reconocimiento a ese trabajo en la sombra.
Y una vez en el campo tocó la vuelta de honor al mismo, los manteos y también corear esos cánticos de guerra de la afición. Incluso Cristian Parras se animó a coger el capote como también Edu Sousa ejerció como alabardero de excepción con una bandera blanquiazul que le prestaron desde la banda.
Así acababa la celebración del conjunto talaverano con los suyos cerrando la página a un domingo para la historia, un domingo para añadir al de Daimiel, al de Portugalete o al de Xativa, que en su caso fue sábado, días marcados con color dorado en la breve pero intensa historia del sucesor del mítico Talavera CF.
Faltaba esa parte tan importante y tan vital como es la afición, esa a la que el COVID-19 le ha impedido durante muchos momentos de la temporada vivir las andanzas de su equipo. Cierto es que en Villanueva de la Serena hubo una pequeña representación en las gradas que se la jugó a ir pese a las restricciones, pero evidentemente faltaban muchos para compartir ese momento.
Es por ello que el club talaverano quiso también rendir su homenaje a su afición o mejor dicho, hacerse un homenaje mutuo porque la afición quería honrar a sus héroes de blanco y azul, y qué mejor manera que utilizar las instalaciones del Municipal ‘El Prado’ para este día de alegría en el balompié talaverano.
Algo después de las 17:30 horas el autocar que transportaba a la expedición blanquiazul hacia parada definitiva en la Calle Felipe Sanz ‘El Tío Caracas’ y allí se encontraba con varios cientos de aficionados deseosos de ver a los jugadores. Quizá eso de la distancia de seguridad no era la apropiada, también a alguno se le olvidó la mascarilla por el camino, pero la emoción del momento hizo saltarse el protocolo. Esperamos no tener que arrepentirnos.
Dentro del campo ya, ahí teniendo algo más en cuenta las distancias, el speaker Vicente Colilla fue uno por uno presentando a los jugadores del plantel blanquiazul incluso el cuerpo técnico, que suele pasar más desapercibido, también tuvo su parte de reconocimiento a ese trabajo en la sombra.
Y una vez en el campo tocó la vuelta de honor al mismo, los manteos y también corear esos cánticos de guerra de la afición. Incluso Cristian Parras se animó a coger el capote como también Edu Sousa ejerció como alabardero de excepción con una bandera blanquiazul que le prestaron desde la banda.
Así acababa la celebración del conjunto talaverano con los suyos cerrando la página a un domingo para la historia, un domingo para añadir al de Daimiel, al de Portugalete o al de Xativa, que en su caso fue sábado, días marcados con color dorado en la breve pero intensa historia del sucesor del mítico Talavera CF.
